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Presentación de Jean-Michel Vappereau – Psicoanalista francés

Psicoanalista francés, Jean-Michel Vappereau es también el consejero técnico de Lituraterre.org para la topología.

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extracto de : http://www.fort-da.org

Psicoanalista francés, perteneciente a dos Instituciones de París: La escuela Sigmund Freud y Topología en Extensión. Cuenta actualmente con un gran reconocimiento en el contexto del psicoanálisis mundial, donde su obra y sus aportes, ligados a la topología, han ganado un eminente lugar.

Inició su formación Universitaria en Francia, dirigiendo sus estudios, primordialmente a cuestiones relacionadas a la matemática pura y física.

Su búsqueda de respuestas a diversas cuestiones, su dialogo con grupos de jóvenes estudiosos de la filosofía, y el impacto que le produjo la lectura de  » Mas alla’ del principio del Placer  » de Freud, lo condujo, en los años 70/ 71, a acercarse a los seminarios de Jacques Lacan, que por aquel entonces desarrollaba en la Universidad.

Se incorporó así, en el año 1971, al seminario Encore (Aún), participando desde ese momento, en todos los seminarios posteriores hasta el final.

Por dicha, época, Desanti, cansado de las insistentes preguntas sobre Matemáticas que Lacan le dirigía, derivó en él la tarea de responder los planteos que este le realizaba.

Esta circunstancia lo ubicó a Vappereau en un dialogo directo y personal con el gran psicoanalista francés, que marcaría el curso de su obra posterior.

Al tiempo, en forma simultanea, participo’ además en el Seminario « Didáctica de las disciplinas  » que Pierre Soury dictaba en la Universidad de París VII, uniéndose a un grupo de jóvenes practicantes de los nudos. Soury se constituyo’ en un interlocutor constante de Vappereau, resultando esta actividad, decisiva para su formación topologica.

Tanto como la que resultaría de su relación con Michel Thomé.

El vinculo con Jacques Lacan, cobró rápidamente la forma de una intensa relación transferencial, que llevo a Vappereau a una experiencia radical que modifico su posición en la vida, al transitar por espacio de mas de 10 años, su análisis con él, desde el año 1972 hasta el final de los días de su maestro.

Vappereau, a partir de esta estrecha vinculación con Lacan, adhirió apasionadamente a la causa psicoanalítica, constituyéndose en un minucioso lector de los « Escritos » que recibio’ de manos del propio Lacan, quien los extrajo de su Biblioteca y entrego’ al topologo como una forma de pago por el intercambio matemático que este le brindaba.

Se podría decir que, a partir de todas estas experiencias, este incansable cuestionador y buscador de respuestas a sus interrogantes, se embarco’ en un vibrante trabajo de lectura y de escritura que queda plasmada en sus trabajos sobre Topología y Psicoanálisis, y su permanente transmisión sobre la importancia del claro establecimiento de las condiciones que hagan posible el ejercicio de la practica psicoanalítica, remitiendo en forma constante a las consideraciones del vinculo entre lazo social y el discurso del psicoanálisis.

Entre los múltiples aportes que Vappereau realiza, cabe comentar tambien sus reflexiones sobre las diferencias entre la Locura y las Psicosis, fenómenos de desconocimiento de Yo y responsabilicion del sujeto, que desprende de su lectura de « Acerca de la causalidad psíquica » de Lacan.

Algunos de sus libros traducidos al Español son:

  •  » Es uno….o, Es dos ? ».

  •  » Estofa « .

  •  » Clínica de los procesos del Nudo  »

Y en Francés ( pero pronto a ser traducidos):

Su obra incluye además, cantidad de trabajos escritos, tales como:

  • « Claves del Pase »

  • « Essaim »( enjambre)

  • « El amor del todo hoy en día »

http://www.fort-da.org



Entrevista a Jean-Michel Vappereau http://www.elsigma.com
por Félix Contreras 22-01-2001

Félix Contreras : Viniendo del campo de la matemática, ¿cuál es tu relación con el psicoanálisis?

Jean-Michel Vappereau : Para responderte voy a usar una metáfora relativa al jazz y al psicoanálisis, dos dominios que pueden ser comparados porque son contemporáneos y contemporáneos del siglo XX.

Hay discursos -musicales como el jazz, textuales como el del psicoanálisis- que tienen una práctica. Existen porque son discursos practicados, se practican en acto. En nuestro tiempo el discurso aparece, se desarrolla y llega a un acabamiento. El jazz nació con el blues, pasó por una época clásica y luego por una época de acabamiento. El psicoanálisis apareció con Freud, luego se instaló una forma de clasicismo freudiano y alcanzó su acabamiento con Lacan. Lo notable es que asistimos a una época de acabamientos cortos. Tanto el jazz como el psicoanálisis son discursos que surgen, se desarrollan y llegan a su acabamiento en el curso del siglo XX.

La música y el psicoanálisis provienen del área de la estructura del lenguaje que, para mí, debe develarse, atesti-guarse, para hacer de ella una estructura como la que se ha descubierto en los números. Se ha descubierto la estructura de grupos, la estructura de anillos, la estructura algebraica, se ha encontrado la estructura en geometría con Félix Klein, la de la geometría euclidiana y la estructura, ahora, de la topología.

Hay estructuras matematizadas y la matemática es el lugar propicio para la formulación de esta estructura. Hay una estructura del lenguaje que se puede matematizar. No creo que esto pueda ser pensado sin el recurso a las matemáticas.

Es claro que yo no veía cosas como éstas cuando me encontré con el psicoanálisis. Primero encontré el texto « Más allá del Principio del Placer », luego de haber leído a Wilhem Reich, quien decía que Freud se equivocaba respecto de la pulsión de muerte. Fui a ver lo que decía Freud. Alguien me dijo después que Lacan decía lo mismo. Comencé a leerlo, pero no entendía nada de nada. En aquel momento yo estaba preocupado por cuestiones relativas a la historia de la ciencia, a la epistemología… y a la vez por mi propia situación como sujeto en relación con la ciencia, con la matemática y con el psicoanálisis. Tuve la suerte de conocer a Lacan. Rápidamente me pareció necesario pedirle hacer un análisis. Siempre me recibió muy bien, pero nuestra relación iba sobre una suerte de equívoco en la medida en que yo mismo no comprendía el rol de la matemática en esta estructura.

FC : Tu relación con Lacan fue, en un primer momento, de consulta matemática…

JMV : Sí. Lacan consultaba a Desanti respecto de la matemática. Y Desanti, un poco molesto por sus preguntas, le sugirió que se encontrara conmigo para que yo le respondiera sus preguntas sobre el tema.

FC : ¿Te sorprendió que un psicoanalista te consultara sobre cuestiones matemáticas?

JMV : No, no… Eso lo concebí fácilmente, sobre todo porque en esa época la Topología era ya una disciplina bastante importante para los matemáticos. No me sorprendió que un espíritu esclarecido, como yo suponía ya a Lacan, se interesara en esos temas.

FC : ¿Conocías previamente sus desarrollos?

JMV : Era confuso, pero la estructura se puso en su lugar sola, porque Lacan ponía a todo el mundo en una situación así, equívoca. Cuando le pedí análisis a Lacan quería atemperar la transferencia que ya funcionaba en ese equívoco. Estaba cada vez más y más apasionado por la cuestión, a tal punto que rápidamente terminé los estudios en la universidad y quise dedicarme enteramente al psicoanálisis sin ocuparme más de problemas como el de la carrera académica y cosas como esas.

La nueva situación cambió mi lectura, pero la estructura se mantuvo en el equívoco y viví durante los años ’70 en un debate, en una tensión. Seguí los seminarios a partir del ’72 o un poco más tarde. El primer seminario al que asistí fue Encore. Fue muy productivo… leí una cantidad enorme de cosas, constituí mi biblioteca… Lacan me remitía regularmente a cuestiones de matemática… Le pedí libros suyos, porque lo único que yo tenía eran los Escritos en edición de bolsillo. Me dio los Escritos y números de Scilicet. Curiosamente me dijo: « Si encuentra anotaciones al margen devuélvame el volumen. » Eso muestra como él continuaba releyéndose, corrigiéndose y comentándose.

FC : ¿Eran los ejemplares que él mismo usaba?

JMV : Sacó un libro de su biblioteca y me lo dio, y, como pensó que podía haber hecho anotaciones al margen… Yo no le pedí que me dedicara el libro hasta nueve o diez años más tarde, después de que me hubo convocado para hablar en el Seminario.

Cuando le contaba que había escrito algo, siempre me decía: « tráigame lo que escribió » . El se guardó todo eso. Nunca más volví a ver esos pequeños textos. Incluso había escrito un dossier con un informe …una escritura muy intensa hecha durante un verano. Se lo di y jamás volví a ver ese texto.

FC : ¿Cómo entraba eso en el análisis o que función cumplía?

JMV : Me decía: « tráigamelo…tráigamelo la próxima vez » y me daba cita al día siguiente. Hubo períodos en que iba a verlo todos los días. Mi situación económica era entonces muy difícil y no siempre pagaba las sesiones, pero él no hacía caso de eso.

FC : Pagabas con un escrito…

JMV : Quizá… quizá… A quien no le gustaba mucho era a su secretaria, pero a él le parecía muy bien… Ella contaba siempre todo el dinero que recibía… Después lo conocí a Soury, y gracias a él pude hablar en público de lo que hacía con Lacan. Eso atemperó mucho las cosas para mí, hasta que Lacan me hizo hablar en el Seminario.

Yo creía que la gente un poco mayor que yo, la generación de « Cuadernos para el análisis », tenía ya muy estudiadas todas las cuestiones formales lógicas y matemáticas. Después de mucho tiempo me di cuenta de que toda una parte del trabajo abierto por Lacan no había sido continuada. Fue por eso que me aparté del grupo analítico después de la muerte de Lacan. Ellos quisieron hacerme desaparecer y yo no quería entrar en líos. Soury había muerto en julio y Lacan en septiembre. Me encontré solo y descubrí la oposición de mis pares. Me replegué en mi barrio con mis analizantes y pude desplegar un trabajo que dio muy buenos resultados.

Esto me lleva a pensar que el psicoanálisis es un discurso que busca una escritura, tal como se puede buscar la escritura de una música. También hay desarrollo de un discurso en los grandes, en los gigantes de esta práctica. En el jazz son Duke Ellington, Charlie Parker…o John Coltrane…

FC : Tengo entendido que tocás el saxofón, ¿también tocás jazz?

JMV : Sí. Cuando era joven tocaba el clarinete y más tarde el saxofón… Con los dibujos de topología dejé de hacer música durante quince años. A fines de los ’80 volví a escuchar música. Ahora tengo nuevamente un saxofón.

En el Psicoanálisis no hay más que dos grandes analizan-tes: Freud y Lacan. La diferencia con el jazz es que en el psicoanálisis no hay otros grandes músicos, los otros, para mí, tocan la mandolina. Es la dificultad del psicoanálisis.

En el jazz, la forma principal -el blues- es muy simple y permanece a lo largo de toda su historia. En el psicoanálisis también hay una preocupación por la simplicidad. La dificultad es que la simplicidad culmina en el borramiento y experimentamos este borramiento como una falta radical, absoluta, como un contragolpe de la estructura. Eso es la castración. La castración existe, pero es algo practicable: encontrar esta falta… experimentarla como un acontecimiento… En ese lugar hay algo que cambia. Eso se produce en cualquier chiste, en cualquier lapsus. Es una apertura. Pero si los propios practicantes de ese discurso lo viven con temor…

FC : Parafraseando el título del escrito de Lacan, ¿como ves la situación del psicoanálisis en el 2000 ?

JMV : En parte ya he respondido cuando dije que no hay más que intérpretes de mandolina. El Psicoanálisis sufre un déficit: no hay analizantes. El psicoanálisis ha producido muchos psicoanalistas pero muy pocos analizan-tes, al extremo de que no existen más que Freud y Lacan como analistas y analizantes a la vez. La situación es que no hay analizantes a la altura de la tarea. En el futuro, será cuestión de organizar el lazo social para promover la función de analizante.

FC : Y tu posición, ¿es optimista o pesimista ?

JMV : Es siempre pesimista. Considero que es una tarea muy difícil. Hay que tener en cuenta, sobre todo, el borramiento y el período de latencia en la estructura. Es inevitable que veinte años después de la muerte de Lacan las cosas sean difíciles. Sin embargo, él nos dejó indicaciones, y existen los medios para hacer lo necesario desde ahora. Pero no lo puedo hacer solo, eso depende también de los otros.

FC : ¿Y qué es lo necesario en este momento ?

JMV : En mi opinión, hay que reunir las condiciones en el lazo social para organizar lo que Lacan propuso: hacer un foro, un lugar donde se declare que a partir de ese momento y desde ese lugar se va a practicar ese discurso con esas coerciones específicas. « Un derecho, una lógica -dice Lacan- no están hechos para convencer. Es suficiente con ponerlos en práctica. »

Consideremos la situación hoy en día. Por ejemplo, la creación de Convergencia el año pasado, en Barcelona. Allí hubo una colectividad internacional que hizo una declaración a la que llamó Acta de Fundación. Si se es lector de Lacan se sabe que el Acta de Fundación es la fundación, por Lacan, solo, de su escuela. Eso prueba que hay transmisión, pero que está desfasada. Este año hay una persona que, sola, llama a un Foro en el mes de julio. Ahí también se ve que hay transmisión, alguien que lee bien a Lacan, destacando la palabra « foro », pero a ese foro va ella sola con su clientela.
Entonces, tenemos por un lado a una persona sola que hace un foro y, por el otro, un grupo que hace un Acta de Fundación repitiendo el gesto de Lacan, como en Totem y Tabú: la colectividad de hijos poniéndose en el lugar del padre.

Se ve que la transmisión funciona, pero de manera defectuosa. Las palabras del discurso circulan y se transmiten pero aún no somos capaces de articular los términos del discurso. Podría hacerse una reunión pública que no se llamase forum, podría llamarse de otra manera…Haría falta una colectividad que estuviera un poco al corriente de lo que Lacan hacía en aquel momento. Esto se prueba leyendo los textos, viendo el estado de la lectura y el comentario.

Pienso que lo primero que hay que hacer es trabajar cada uno, conocer cuál es el estado de la producción en el discurso analítico y ver en qué momento se reúnen las condiciones del comentario como para que no sea el producto de una sola persona. Esto concierne tanto a los freudianos como a los lacanianos y a todos los que quieran participar sin rechazar a nadie de antemano. En mi opinión, hay que romper con los hábitos corporativistas de los diferentes grupos.

a seguir > http://www.elsigma.com

 

Sitio Web francés de J-M Vappereau :

Topología en Extensión

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